El consumo de alcohol es una práctica común en muchas sociedades, y Chile no es la excepción. Sin embargo, las estadísticas recientes muestran una tendencia hacia la disminución del consumo, aunque persisten desafíos relacionados con el consumo riesgoso y sus consecuencias.
📉 Tendencias en el Consumo de Alcohol
Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile ha logrado reducir su consumo de alcohol en un 30% en la última década, alcanzando los 6,8 litros de alcohol puro por persona mayor de 15 años. Este descenso coloca a Chile como el tercer país de la OCDE con mayor reducción en el consumo de alcohol, después de Costa Rica y Corea del Sur .
👥 Perfil del Consumidor Chileno
Un estudio reveló que el 72,5% de los adultos mayores de 18 años consume alcohol con alguna habitualidad. La frecuencia promedio de consumo es de 3,3 veces al mes, siendo los hombres quienes reportan una mayor frecuencia (3,8 veces al mes) en comparación con las mujeres (2,7 veces al mes) .
🏠 Consumo por Nivel Socioeconómico
El consumo de alcohol también varía según el nivel socioeconómico. El 86,3% de las personas en el estrato ABC1 consume alcohol con alguna frecuencia, mientras que en el estrato D-E la cifra desciende al 65,7% .
🚸 Consumo en Menores de Edad
Aunque ha habido una disminución en el consumo de alcohol entre los escolares, este sigue siendo una preocupación. La prevalencia de consumo en el último mes entre escolares ha disminuido del 24,0% en 2021 al 22,7% en 2023 .
⚠️ Consumo Riesgoso y Consecuencias
A pesar de la disminución en el consumo general, el consumo riesgoso sigue siendo un desafío. Un estudio reciente indicó que el consumo riesgoso de alcohol casi se duplicó en el último año en Chile, pasando del 5,9% al 10,1% de la población. Este aumento es particularmente preocupante entre los hombres, que pasaron del 5,9% al 11,9%, mientras que en las mujeres el incremento fue del 5,9% al 8,4% .
🛑 Necesidad de Prevención y Tratamiento
La disminución en el consumo general de alcohol es un avance positivo, pero el aumento en el consumo riesgoso y las consecuencias asociadas subraya la necesidad de continuar con las políticas de prevención y ofrecer tratamientos efectivos para quienes lo necesiten.



